Señores, ustedes dirán que yo me invento las historias para hacer este blog mas interesante, pero me imagino que son cosas que le pasan a todo el mundo, pero que no todos son tan vagos o arretaos como yo para publicarlo en un blog.
Les cuento que el otro día Frank José se pasó, señores se los digo que de verdad se pasó. Resulta que estabamos mi mujer y yo ambos calientes porque esa noche habíamos visitado a unos amigos y nos tomamos unos cuantos tragos que nos pusieron happy, no era que estabamos borracho ni nada por estilo, pero ustedes saben cuando como uno se pone, como que caulquier cosita te proboca.
El caso es que pasamos a buscar al niño a la casa de mi madre como a eso de las 10:30pm, nosotros ibamos con nuestro cocote full, claro está encontramos al niño durmiendo y nos sentimos tan contentos que no se nos ocurrió que pudiera despertarse en el camino. Pa no casarles el cuento, yo no se rayos fue lo que le dio mi madre a ese muchacho que tenía mas pilas que uno de los conejitos de duracel. El carajito se despertó y comenzó a brincar y a jugar y a moverse de aquí para allá ya podrán imaginarse ustedes las ganas que teníamos de que el niño se durmiera. Pues no huvo forma, intentamo de todo, mi mujer le dio leche, lo acosto y le dio palmaditas en la nalga, pero nada lo rendía, el muchacho estaba encendío.
Tratamos toda la noche de que se durmiera pero fue una misión imposible, cuando lo dejábamos solo en su cuarto el muy cariñoso comenzaba a chillar y mi mujer no podía concentrarse, imagínense las ganas que yo tenía de ajorcarlo. Pero nada finalmente salió triunfador y nosotros tuvimos que aguantarnos las ganas ya que para lograr que se durmiera lo acostamos entre nosotros en la cama. A mi no me quedó de otra que hecharme un jarro de agua fria.
martes, 28 de julio de 2009
lunes, 13 de julio de 2009
Mi primera verguenza con los pañales
Señores, esto no tiene madre, cuidar a los niños es como una prueba, porque a uno le pasa cada cosa, sobre todo a mí que soy nuevo. Les adelante que los que les voy a contar es digno de publicarse en una revista de chistes.
El otro día estoy yo en la casa con Frank José, que no paraba de llorar porque tenía mucha hambre, era lunes y al parecer a mi mujer se le olvido decirme que tenía que comprarle leche al niño porque ya se había acabado. Ustedes podrán imaginarse al carajito encendío en su lloradera y la nevera vacía como un desierto, ahí no había ni pa´darle agua de arroz.
Yo cojo como a las 9:30am con mi muchacho pal super, lo monto en la cangurera y me voy a comprar mi leche y algunas cosas mas hasta que uno rellenara con la compra. Para no cansarles la historia, les cuento al caballero se le ocurrió cagarse en el pañal justo en ese momento, señores, no entiendo que fue lo que pasó, ese niño se desbordó, es como si nunca en su vida hubiera cagado, tenía como 5 libra de mierda y con un bajo. Imagínense la vergüenza que yo tenía soltando este bajo en los pasillos del supermercado.
Nada, yo con toda mi calma agarro mi muchacho y mirando para todos lados subo al segundo pido, entiendo que mi actitud podía parecer un poco sospechosa, por la forma como yo trataba de ocultar lo que llevaba. Podrán imaginar que como inexperto al fin, yo no llevé pañales extra, así que tuve que coger un paquete de los que estaban ahí y abrirlo. Cuando ya estoy haciendo el cambio ya sabrán ustedes el reguero que hice. Levanto la pierna de mi muchacho, le limpio las 5 libra de mierda, tuve que coger otro pañal para limpiar los residuos en la piernitas del niño y en la mesa. Cuando ya había gastado como 5 pañales de los nuevos y ya lo tenía cambiadito, recojo mi pegote embuelto y voy bajando de lo más tranquilo para que nadie se dé cuenta. Como es la vida, por cosa de la vida ese mismo día el zafacón del supermercado estaba afuera y cuando yo salgo a depositar mi paquete, Eureka!! Me para el segurida, _
Disculpe señor, que usted lleva en la mano?.
Yo me he puesto rojo como un tomate de la vergüenza y lo que se me ocurrió decir fue - no señor, no es nada.
Ayyy pa que fue eso, el hombre se me acercó y comenzó a acelerarse y me dijo – caballero déjeme ver lo que usted tiene ahí.
Yo entiendo que el hombre pensó que yo me estaba robando algo, por la forma como prácticamente me interrogó, cosa que me ofendió muchísimo, acaso no veía el que yo tenía un bebe en las manos, supongo que el pensará que no era mio, parece que tengo cara de delincuente.
Pero nada, tuve que decirle al hombre que eso era simplemente un pañal cagado. Y lo grande es que el muy hijo de….. no me creyó y tuve que abrir el pamper para enseñárselo, no les niego que en ese mismo momento me dieron ganas de estrellarle la mierda del niño en la cara.
El otro día estoy yo en la casa con Frank José, que no paraba de llorar porque tenía mucha hambre, era lunes y al parecer a mi mujer se le olvido decirme que tenía que comprarle leche al niño porque ya se había acabado. Ustedes podrán imaginarse al carajito encendío en su lloradera y la nevera vacía como un desierto, ahí no había ni pa´darle agua de arroz.
Yo cojo como a las 9:30am con mi muchacho pal super, lo monto en la cangurera y me voy a comprar mi leche y algunas cosas mas hasta que uno rellenara con la compra. Para no cansarles la historia, les cuento al caballero se le ocurrió cagarse en el pañal justo en ese momento, señores, no entiendo que fue lo que pasó, ese niño se desbordó, es como si nunca en su vida hubiera cagado, tenía como 5 libra de mierda y con un bajo. Imagínense la vergüenza que yo tenía soltando este bajo en los pasillos del supermercado.
Nada, yo con toda mi calma agarro mi muchacho y mirando para todos lados subo al segundo pido, entiendo que mi actitud podía parecer un poco sospechosa, por la forma como yo trataba de ocultar lo que llevaba. Podrán imaginar que como inexperto al fin, yo no llevé pañales extra, así que tuve que coger un paquete de los que estaban ahí y abrirlo. Cuando ya estoy haciendo el cambio ya sabrán ustedes el reguero que hice. Levanto la pierna de mi muchacho, le limpio las 5 libra de mierda, tuve que coger otro pañal para limpiar los residuos en la piernitas del niño y en la mesa. Cuando ya había gastado como 5 pañales de los nuevos y ya lo tenía cambiadito, recojo mi pegote embuelto y voy bajando de lo más tranquilo para que nadie se dé cuenta. Como es la vida, por cosa de la vida ese mismo día el zafacón del supermercado estaba afuera y cuando yo salgo a depositar mi paquete, Eureka!! Me para el segurida, _
Disculpe señor, que usted lleva en la mano?.
Yo me he puesto rojo como un tomate de la vergüenza y lo que se me ocurrió decir fue - no señor, no es nada.
Ayyy pa que fue eso, el hombre se me acercó y comenzó a acelerarse y me dijo – caballero déjeme ver lo que usted tiene ahí.
Yo entiendo que el hombre pensó que yo me estaba robando algo, por la forma como prácticamente me interrogó, cosa que me ofendió muchísimo, acaso no veía el que yo tenía un bebe en las manos, supongo que el pensará que no era mio, parece que tengo cara de delincuente.
Pero nada, tuve que decirle al hombre que eso era simplemente un pañal cagado. Y lo grande es que el muy hijo de….. no me creyó y tuve que abrir el pamper para enseñárselo, no les niego que en ese mismo momento me dieron ganas de estrellarle la mierda del niño en la cara.
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